Todos sabemos que los medios de comunicación forman parte de nuestra vida cotidiana, los encontramos en todos y cada uno de los lugares en los que estamos, en los que pasamos o vivimos. Sin pensarlo y de forma implícita se acercan a nosotros y modifican nuestra forma de ser, de pensar, de ver,...
Un ejemplo de lo que digo es la publicidad, pues está presente a todas horas en la televisión, así como en la radio o incluso en los grandes carteles que vemos por la calle o cuando esperamos en la parada del autobús. Inconscientemente nos detenemos a mirarlos y observarlos y aunque nos cueste creerlo, influyen en nuestra personalidad y nos inducen a querer convertirnos en los protagonistas, más incluso que en adquirir un determinado producto. Cuanto más parecidos seamos a las/los modelos que aparecen y más productos tengamos de los que se anuncian (mejor si "son de marca"), más integrados nos encontraremos en la sociedad o en un grupo social determinado.
Ello es lo que ocurre diariamente en nuestra sociedad, niños y jóvenes que cada vez más quieren parecerse a todos los famosos que salen en los anuncios y en la televisión, por lo que debemos fomentar en ellos un espíritu crítico y de análisis ante la gran cantidad de información que nos transmiten los medios.
Este es uno de los principales objetivos que debemos plantearnos como pedagogos y que intentaremos abarcar en este dificil viaje que emprendemos.
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